Saturday, September 02, 2006

Sabiduría de taller


Cada vez que me aburro en Curicó, voy al taller de bicicletas de mi compadre Carlos Correa, el fue un ciclista crack de los 80, y cuando tiene ese bichito de las gestas deportivas épicas, empieza de nuevo con su cuento de la vez que corrió en alguna parte del mundo...
Pero ese día era distinto porque llega un amigo destrozado. Su novia le había roto el corazón y se lo pisoteó hasta dejárselo inservible. Bombeaba sin ganas según el.
Se sentó encima de un rollo de neumáticos y se quedó ahí sin mirar. Sin escuchar, sin oler y sin hablar.
Sabís que más, le dijo mi compadre, toma tu bicicleta, hazte 200 kilómetros y no volvai más. No erei el primero ni el último tipo en ser pateado. ¡¡¡Ya, partiste!!!.
Ustedes no entienden.
Eres tu el que no entiende. La vida no es una mujer, la vida es la bicicleta. Una competencia.
Sorprendido por la analogía, saco lo más épico de mi, y le digo:
"No puedes decir que tienes el corazón roto, si todavía te quedan 30 kilómetros en subida.
No puedes decir que tienes pena, si no te has lesionado una semana antes de la competición que preparaste durante meses.
No puedes sentirte frustrado, si jamás te adelantaron en la misma línea de meta.
No puedes sentirte despreciado, si jamás has sido apuntado con el dedo por una conducta antideportiva.
Tus ojos no pueden derramar lágrimas, si tus piernas no lo han hecho antes."

Correa, sorprendido por lo que había dicho, le agrega: "es que el ciclismo es una metáfora de la vida".
A lo que respondo:
"La vida es una metáfora del ciclismo"